Muchas veces la vida esta relacionada con soltar lo que alguna vez nos salvo. Soltar las cosas a las cuales nos aferramos intensamente, creyendo que tenerlas es lo que nos va a seguir salvando de la caída.

Todo vale la pena. Porque somos quienes somos por aquello que hemos vivido. Somos quienes somos por aquello que algunas personas dejaron en nosotros. Pero somos absolutamente quienes somos, gracias a aquellos que hemos perdido. Gracias a eso que ya no esta con nosotros.
Es tan fácil darse cuenta cuando ya no nos quieren? Basta con mirar al otro fijamente a los ojos? Es suficiente con preguntarle o preguntarme ? Si así fuera, cómo se explica tanto desengaño? Por que la gente se defrauda tan seguido si en realidad es tan sencillo darse cuenta de cuanto les importamos o no les importamos a los que queremos. Como puede asombrarnos el descubrimiento de la verdad del desamor? Como pudimos pensarnos queridos, cuando en realidad no lo fuimos?
Hay aquí algo para aprender? Nadie es mas vulnerable a creerse algo falso que aquel que desee que la mentira sea cierta. 
Y es mentira que tenemos que cargar con cada cosa que hemos querido y valorado. Y es mentira que debemos seguir adelante con todo lo de antes, con todo lo que ya no esta. Perdemos. Perdemos no solo a través de la muerte, sino a través del abandono, del cambio, a través de seguir adelante.
Nuestras perdidas incluyen también nuestras renuncias, conscientes o inconsciente. La perdida de nuestros sueños romanticos. La cancelación de nuestras esperanzas irrealizables. La perdida de las ilusiones, de libertad, de poder y de seguridad. Y por que no, también la perdida de nuestra juventud.
Es imposible aceptar con una sonrisa todas las cosas que lamentablemente son ciertas e ineludibles. Hace falta aceptar la verdad que no queremos asumir, de una vez y para siempre
Muchas veces la vida esta relacionada con soltar lo que alguna vez nos salvo. Soltar las cosas a las cuales nos aferramos intensamente, creyendo que tenerlas es lo que nos va a seguir salvando de la caída.
No hay perdida que no implique ganancia, un crecimiento personal. Por que lo que sigue después de cada perdida, después de haber elaborado el duelo de cada ausencia, después de habernos animado a soltar, es el encuentro con uno mismo. Enriquecido por aquello que hoy ya no tengo pero que paso por mi. Y también por la experiencia vivida en el proceso.
Existe la solucion? Creo que si. Y creo que esta a la mano de cualquiera. La posibilidad es aprender a entrar y salir del deseo. Es desarrollar la capacidad de desear sin quedarse pegado a ese deseo. Sin agarrar como se agarra un alpinista a la soga que cree le salvara la vida.
Aprender es, sobre todo, aprender a soltar. Soltar herramientas que no necesito. Soltar personas que he perdido. Soltar situaciones que se transforman. Soltar vínculos que cambian. Soltar etapas de la vida que han quedado atrás. Soltar los momentos que han terminado. Cada uno de ellos ha sido una perdida que hay que elaborar. Han sido etapas de mi vida que han pasado y es mi responsabilidad enriquecerme al despedirme.

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